A veces, el embarazo puede dificultarse porque el embrión queda “atrapado” y todo el proceso queda interrumpido. Afortunadamente, los especialistas en fecundación asistida han desarrollado una técnica para liberar al embrión y que el o la bebé llegue con éxito (hatching asistido).
En cualquier tratamiento de reproducción asistida, la implantación del embrión es un paso fundamental. Si no hay implantación en el útero, es imposible que exista un embarazo.
En ciertas ocasiones, el embrión no puede por sí mismo cumplir con este paso.
En estos casos, la técnica del hatching asistido puede ser la solución.

Los primeros momentos del futuro bebé
El embrión es el óvulo fecundado, que aún se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo. Para llegar a que se produzca el embarazo, es necesario que se produzcan ciertas etapas.
Se conoce como zona pelúcida a la membrana externa del embrión. Cumple varias funciones: impide el ingreso de múltiples espermatozoides al óvulo en el momento de la fecundación, protege al embrión de daños por microorganismos durante su desarrollo hasta el estadio de blastocisto, cuando esté listo para la implantación.
Así como es importante para el desarrollo del embrión, es también importante que este pueda librarse de esta membrana externa en un determinado momento.
Esto debe producirse entre el día 5 y 7 de su desarrollo, lo que permitirá que se implante en el endometrio.

Problemas con el desarrollo del embrión
Sin embargo, en ocasiones el embrión atraviesa complicaciones en las etapas muy tempranas de su desarrollo, que pueden impedir el embarazo.
Cuando el embrión llega al día 5 y 6, debe liberarse de su zona y romper esta membrana externa para lograr la implantación y la gestación posterior. Para ello, se forma una cavidad llamada blastocisto que se llena de líquido, crece, se expande y aplica presión sobre la zona pelúcida hasta que la rompe. En este momento, puede salir de esta membrana e implantarse en el útero.
En ocasiones, este proceso no ocurre. Por ejemplo, una de las cosas que podría ocurrir es que la zona pelúcida o el proceso de ruptura no ocurra. Esto es una enorme dificultad para la salida del embrión y por ende, impedirá que se adhiera al útero. En este momento, su evolución se detendrá. Consecuentemente, no habrá embarazo.
Afortunadamente, existe una solución.

En qué consiste el Hatching asistido
Si el embrión tiene dificultades para romper la membrana externa o zona pelúcida, todo el proceso se detiene.
En estos casos, es posible utilizar el Hatching Asistido o eclosión asistida. Si el embrión no es capaz por sí solo de liberarse de la zona pelúcida, en el laboratorio se puede romper esta membrana, ayudando así a la implantación del embrión.
El Hatching Asistido puede hacerse en forma mecánica, química o láser. En cualquiera de los casos, el resultado es el mismo: la rotura de la zona pelúcida y la liberación del embrión. Normalmente se opta por el método láser, porque permite un mayor control al hacer al agujero, lo que redunda en una mayor seguridad.

En qué ocasiones se utiliza el Hatching Asistido
Esta técnica se aplica en casos frecuentes de reproducción asistida.

Útil para aumentar la implantación embrionaria
El Hatching Asistido no se utiliza rutinariamente en los laboratorios de reproducción asistida, pero sí resulta imprescindible en los casos mencionados, porque aumenta la implantación embrionaria y por ende, la posibilidad de lograr un embarazo.
Como en todas las situaciones de reproducción asistida, lo importante es una evaluación completa del profesional, ya que no existen dos casos iguales y a cada uno le corresponderá una solución única.
