La congelación de embriones a muy bajas temperaturas permite preservarlo en condiciones óptimas, para así poder contar con ellos más adelante.
La técnica utilizada es conocida como vitrificación. Consiste en la congelación de los embriones y su almacenamiento en nitrógeno líquido, a 196 grados bajo cero. Este proceso permite que los embriones mantengan sus propiedades intactas hasta el momento de su descongelación y utilización.
Una técnica, muchas posibilidades
En los tratamientos de fecundación in vitro (FIV), los embriones son cultivados en el laboratorio por un lapso de cinco a seis días. En ese período, pasan de ser un cigoto, o sea, la célula resultante de la unión del gameto masculino con el gameto femenino, a un blastocisto, con una cantidad aproximada de doscientas células, siendo este el momento ideal para su implantación en el útero materno
En este punto, se decide cuál o cuáles de estos embriones serán efectivamente transferidos al útero, pero, además, se realiza una valoración de su calidad para definir cuáles serán criopreservados, es decir, mantenidos en frío.

¿Por qué no implantar el embrión en el momento?
La vitrificación del embrión permite postergar la transferencia al útero para otro momento; esta decisión puede basarse en varios motivos, como procedimientos médicos pendientes, dificultades transitorias, estudios que deben realizarse, etc.
Es importante dejar en claro que los embriones pueden ser congelados desde el día cero de su desarrollo, es decir, desde que son una célula, hasta el día 5 o 6, cuando llegan a tener doscientas o más células. En todos los casos, el proceso permite asegurar que sea utilizable en el futuro.

Cómo se vitrifican los embriones
La vitrificación consiste en una congelación súper rápida de los embriones. Se realiza en apenas unos segundos y utiliza sustancias crioprotectoras que evita la formación de cristales de hielo, que pueden dañar las células.
Es un procedimiento con alto nivel de resultados: aproximadamente el 97% de los embriones sobreviven. Con respecto a las tasas de gestación, no hay diferencias al comparar las transferencias realizados con embriones vitrificados, a aquellas que se han hecho en fresco.

Razones para congelar embriones
Existen casos específicos en los que la congelación de embriones es imprescindible:
Sea cual sea el motivo particular, la vitrificación, o sea, el congelamiento de embriones, ha demostrado ser altamente eficaz, propiciando un mejor aprovechamiento de los recursos y del tiempo. Además, permite proyectarse hacia el futuro, previendo las circunstancias en cada caso.