El sueño de ser padres tiene sus riesgos cuando la mujer ha superado la edad más fértil, pero también existen tratamientos para lograrlo. ¿Qué debo saber si tengo 45 años y quiero quedar embarazada?
A partir de los 30 años, la cantidad y la calidad de los óvulos disminuye en la mujer. Es decir, a los 45 años, es mucho menos probable que quede embarazada y más factible que haya complicaciones durante el embarazo y tras el nacimiento.
Con el pasar de los años, la tecnología y las técnicas de reproducción asistida han ido mejorando. La fecundación in vitro, la más conocida y utilizada, se ha convertido en el mejor aliado de las mujeres que buscan un hijo a esta edad.
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¿Qué tratamientos hay para quedar embarazada a los 45 años?
- Fecundación in vitro (FIV): debido a que la edad fértil de las mujeres es durante los 20 años, este método permite generar el embrión fuera del útero para luego ser insertado. De esta manera, se podrá escoger los óvulos maduros y aumentar las chances de quedar embarazada. Esta técnica de reproducción asistida forma parte del resto de tratamientos.
- Cribado genético preimplantacional (CGP): consiste en analizar si existen alteraciones cromosómicas antes de que se implante el embrión en el útero. Es decir, permite saber si la dotación genética del embrión es la adecuada para que nazca un bebé sano.
- Vitrificación de óvulos: es una técnica que piensa en el futuro. La mujer congela sus óvulos cuando está en la edad fértil (idealmente durante su segunda década de vida). En el caso de que quiera un bebé cuando pase los 40 años, puede optar por esta reserva a través de la FIV.
- Donación de ovocitos: si la mujer no puede conseguir un embarazo con sus propios óvulos, puede utilizar los de una donante a través de la FIV. Sin embargo, la mujer debe entender que con este proceso no se transmite su información genética al bebé.
¿Cuáles son los riesgos de un embarazo a los 45 años?
- La posible aparición de preeclampsia: es un síndrome que implica hipertensión arterial después de la vigésima semana de gestación. Además, también se presentan niveles elevados de proteína en la orina.
- El riesgo de un parto prematuro y el bajo peso del bebé: debido a la edad de la mujer, esta complicación podría afectar a la salud del recién nacido.
- Un posible aborto espontáneo: a mayor edad de la gestante, hay más probabilidad de un aborto espontáneo o de muerte fetal intraútero.
- La posible aparición de diabetes gestacional: esta suele desaparecer después de dar a luz, pero podría afectar tanto a la madre como al feto.
- Una posible placenta previa o abrupta: ambas dificultan el parto de forma natural. En la “previa”, la placenta está situada en una posición más baja de lo normal; mientras que en la “abrupta”, la placenta se desprende antes del parto.
- Mayor probabilidad de que el bebé tenga anomalías cromosómicas: debido a la baja calidad de los óvulos, durante la fecundación, podría no formarse un embrión con 46 cromosomas. Es decir, podría faltar o sobrar uno. Por ejemplo, el síndrome de Down aparece cuando hay un cromosoma 21 adicional.
- La recuperación tras el parto: puede ser más lenta y también conlleva más riesgo de tener complicaciones.
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