Con tecnología de última generación, el laboratorio de reproducción asistida hace posible que muchas parejas logren el anhelado sueño de ser padres. El embriólogo Alfonso Sánchez Pavón nos cuenta esta labor.
Hay un lugar donde el trabajo no se detiene, funciona los siete días de la semana y que parece tener vida propia. Se trata del laboratorio de reproducción asistida. Allí se cumplen los deseos de las personas que sueñan con tener un hijo.
El día comienza muy temprano en este lugar. Alfonso Sánchez Pavón, embriólogo del centro de reproducción asistida EmbryoFertility, nos cuenta que lo primero que se debe hacer al llegar es un control de calidad, que consiste en hacer las mediciones, la temperatura y que las incubadoras tengan adecuada concentración de oxígeno.
Pero hay otro detalle de cuidado: el perfume. “No debes usar perfume porque puede afectar los resultados de laboratorio. No tienes que usar productos de laca, productos con aroma. Esa es una de las principales limitaciones al venir a trabajar”, indicó.
¿Por qué se da esta restricción? El especialista nos explicó que estos productos generan compuestos orgánicos en el ambiente y el aire del laboratorio debe ser puro. “El alcohol tiende a formar esporas, moléculas que se mezclan con el ambiente. Nosotros no lo podemos sentir, pero a nivel molecular sí puede afectar el desarrollo de un embrión o afectar la calidad en los resultados”, indicó Sánchez Pavón. Por ello, los laboratorios cuentan con equipos de climatización que, además de extraer el aire, también lo purifican, los filtran de tal forma que ese aire salga puro.
Las medidas de seguridad son tan estrictas que los trabajadores no pueden ingresar con celulares y solo se usa aquello que esté en el interior. Se trata de un área blanca. “En este caso, nosotros seríamos la principal fuente de contaminación”, indicó. Por ello, los especialistas dejan toda su ropa exterior y se cambian, usan mascarillas, gorros especiales, cubrebotas y se lavan las manos con jabón, constantemente.
El laboratorio de reproducción asistida
Ya sabemos que el laboratorio debe estar limpio y se debe tener un cuidado especial. ¿Pero cómo se divide y qué trabajos se hacen?
Lo primero que hay que entender es que no se trata de un laboratorio común. Este espacio se divide en dos áreas: Andrología y Embriología. Sánchez Pavón nos cuenta que en Andrología se hacen los espermatogramas, fragmentación cultivo seminal, preparación de muestras de semen, etc. En cambio, explicó que “Embriología es el área de fecundación in vitro, desarrollo de embriones, congelación de óvulos y embriones, y transferencia de embriones. Ya va dirigido al tema de reproducción como tal”.
Ahora, un laboratorio de reproducción asistida no es como un laboratorio común. Tiene funciones especiales y eso también se distingue por los aparatos que utilizan. “Un laboratorio de reproducción asistida es algo más específico. Está diseñado directamente al tema de la reproducción humana”, indicó, y por ello se utilizan aparatos como incubadoras, micromanipuladores que permiten la fecundación in-vitro mediante la inyección intracitoplasmática, un microscopio invertido, entre otros aparatos. También cuentan con una cabina, que es el ambiente puro en donde se manipulan los óvulos, los embriones.
Los especialistas
Este espacio de trabajo puede ser manejado por dos personas o más especialistas, dependiendo la recarga laboral. Pero, a diferencia de otros trabajos, aquí no hay descanso, no hay día libre ni feriado en que el laboratorio pare. ¿Por qué?
Sánchez Pavón nos explica que “un laboratorio de reproducción asistida se basa en mantener o proporcionar a las células, las condiciones fisiológicas más parecidas o más similares a lo que ocurre en el interior del útero”. Es por ello que no se puede dejar el trabajo, que se realiza en función al ciclo menstrual de la paciente.
“En base a eso, no podemos decir que el domingo no trabajamos, que cerramos el sábado y domingo y nos vamos hasta el lunes. Eso sería imposible”, explicó. Por ejemplo, una de sus labores constantes es proveer de nitrógeno líquido a los tanques donde se guardan por separado los espermatozoides, los óvulos y los embriones.
Y así es como se realizan los trabajos dentro del lugar donde el tiempo no se detiene, donde no hay espacio para el descanso con un solo objetivo: lograr padres felices.
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